jueves, 3 de diciembre de 2009

Seven Provincial Juvenil


El próximo 12 de diciembre, desde las 10:00 hs., se disputará el 1er. Seven Provincial Juvenil para categorías M1 (1993/1994) y M2 (1991/1992). Este es un evento oficial de la Unión Entrerriana de Rugby que es organizado por el Jockey Club de Gualeguay y espera congregar la mayor cantidad posible de equipos para celebrar, así, el fin de la temporada a todo rugby.

Las inscripciones se reciben hasta el 09-12-09 a las 20:00 hs.

Esperamos tu presencia.

Seven de la República


Para más información visitá www.uerugby.com.ar

Finalizó el Torneo Provincial 2009


martes, 27 de octubre de 2009

Posiciones disputadas 9 fechas


Rugby: "Una escuela de vida"

En una época marcadamente materialista como la que vivimos, no es fácil enseñar y difundir un deporte como el nuestro dentro del contexto de su espíritu y de sus tradiciones. Todo parece indicar dentro del ambiente deportivo determinado como el que nos rodea, que lo único realmente importante es ganar y para ello cualquier precio suele ser pagado.
Además el "periodismo especializado" cada vez más, exalta al triunfador al mismo tiempo que disminuye sistemáticamente lo realizado por el perdedor.
Nadie que haya entendido correctamente el rugby, y el deporte en general, lo enseña o lo practica "para perder". Por el contrario si el juego consiste en tratar de marcar más tantos que el adversario, es muy sano luchar por hacerlo y esto es precisamente "tratar de ganar". Pero de ninguna manera significa que debe recorrerse cualquier camino para arribar a la victoria o que en el caso de no alcanzarla, lo realizado no sirve para nada y uno debe quedar sumido en una gran depresión por la derrota sufrida.
Hace mucho aprendí de ese verdadero maestro del rugby argentino que se llamó Don Francisco Ocampo, que "Un deporte vale como consecuencia de la educación que deja en quien la practica".
Esta educación está más allá de un triunfo, o muchos de ellos, o de una derrota, o muchas de ellas. Esta educación se refiere a la capacidad del hombre de darlo todo de sí sin pedir nada a cambio. Es la entrega total a una causa (en rugby llamada equipo, colores, amistad) como consecuencia de un compromiso adquirido previamente. Este compromiso es absolutamente moral y tiene como tal muchísima más fuerza que el más severo de los contratos firmados por los llamados "deportistas profesionales".
El Rugby Football ha logrado permanecer luego de más de un siglo de vida totalmente amateur.
Han ido variando sus reglas, sus técnicas y métodos de entrenamiento. Los propios jugadores han decidido reclamar más exigencias en las prácticas para luego poder disfrutar más aún en los partidos.
Pero el espíritu y tradiciones del juego están allí erguidos y siguen rigiendo la viada de este juego único en el mundo.
Sin embargo, y como señalaba al comienzo de este escrito, la enseñanza del rugby dentro de su contexto es cada día más difícil debido a la influencia, cada vez mayor, del medio ambiente profesionalizado que lo rodea y que trata de meterse donde nadie lo ha llamado.
Pero el rugby tiene enormes reservas y, al menos hasta el momento, viene ganando la batalla implícita que existe por tratar de mantener su espíritu tradicional por encima de mezquinos intereses materialistas.
¿Cómo ha logrado el Rugby Football mantenerse en pie cuando los otros deportes han sucumbido ante el avance del profesionalismo?
Creo que la razón está en la correcta enseñanza que se hizo de este noble juego desde hace muchos, pero muchísimos años atrás que lo convirtieron en una verdadera Escuela de la Vida.
Por suerte y alegría de todos los que tenemos el privilegio de pertenecer a la familia del Rugby Football, el chico que se inicia en nuestro juego es enseñado, junto a pasar la pelota, correr con ella y tacklear, a que el juego del rugby es un complemento de nuestras vidas que busca hacer hombres mejores. Y para estos se enseña a soportar los fuertes golpes del juego sin protestar. A dar todo de sí por su "team", a defender a su compañero ante la presión de la oposición y a que jugamos gracias al adversario por lo que debemos estarle agradecidos por la oportunidad que nos brinda.
Toda la dureza y tensión propias de las grandes batallas de rugby se ven luego continuadas en la amable reunión de los dos equipos luego del partido (felizmente denominada en nuestro país "Tercer Tiempo") donde alrededor de un vaso de cerveza los jugadores se conocen más entre sí y establecen lazos de amistad que en no pocos casos, se vuelven imperecederos.
Esta es una de las características principales de nuestro juego y quien no practique la idea de que el rugby consta de "tres" tiempos no ha entendido este gran juego en toda su dimensión.
Las características propias del juego en sí hacen del rugby un juego ideal para mejorar al hombre como tal. En él se da una mezcla perfecta de fuerza, habilidad, coraje, inteligencia, capacidad individual y sentido de equipo. Todo se conjuga para dar lugar al juego más formidable de todos.
Pero todo esto adquiere su máxima expresión sólo si se lo lleva a la práctica por amor al juego sin pedir a cambio otra cosa que no sea el placer de entrar a una cancha de rugby.
Así es el Rugby Football. Así debemos mantenerlo para bien de los que nos siguen y no debemos engañarnos: Querer ganar es sano siempre y cuando se usen los caminos correctos para lograrlo. Querer mejorar la técnica del juego es sano dado que esto lo hace más divertido para el que lo juega. Querer mejorar el nivel de un club, de una Unión o de un jugador es sano pues enseña a luchar organizadamente para lograrlo.
Pero todo esto debe ser logrado como consecuencia de la práctica correcta del juego y así estamos haciendo Escuela de Vida por medio del Rugby Football.
El juego en la Argentina tiene un futuro brillante. Si bien es mucho lo que nos falta en los aspectos organizativos, administrativos y de infraestructura de apoyo, se tiene lo mejor y que es una base muy sólida para su correcto desarrollo: un fuerte principio amateur que permitirá que el rugby siga siendo un deporte y no un espectáculo profesional como otros tantos.
Todos los que tenemos el orgullo de pertenecer al rugby debemos tomar el firme compromiso de mantener estas tradiciones y entender que los tiempos que siguen serán muy difíciles frente al avance del profesionalismo.
Este profesionalismo viene por distintos medios desde "fuera" del ambiente del rugby.
Por esto mismo es fácilmente derrotable si los que estamos "adentro" queremos seguir disfrutando de este ambiente único que tenemos o, dicho en otras palabras, si queremos seguir manteniendo para nuestros hijos esta Escuela de Vida, que construyeron nuestros mayores y que se llama Rugby Football.
Escrito por Carlos "Veco" Villegas

viernes, 23 de octubre de 2009

Quien fue "Veco" Villegas?

CARLOS “VECO” VILLEGAS
Les acercamos una pequeña biografía sobre el Veco que fue publicada en las primeras jornadas, allá por el año 1989. Vale la pena recordar el camino que recorrió y es por eso que en los próximos días rememoraremos algunas de sus reflexiones respecto a nuestro deporte. Nació en Corrientes el 9 de febrero de 1945, cursó estudios primarios en las provincias de Corrientes y Salta y sus estudios secundarios en el Liceo Militar San Martín, graduándose como Ingeniero Industrial en la Universidad Nacional de Buenos Aires en el año 1974. En este mismo año se caso con Maricha Fernández Vidal de cuya unión nacieron cuatro hijos.

Tuvo su primer contacto con el Rugby en el Liceo Militar nada menos que a través del siempre recordado don Francisco Ocampo, naciendo de esta relación de maestro a discípulo su marcada vocación por el juego.

Jugó en el Liceo Militar hasta el año 1969, integrando el equipo superior durante ocho temporadas, en la que logró el campeonato de ascenso en el año 1962 y el de Tercera División en el año 1969, habiéndolo capitaneado en 1966.

A partir de 1965 siendo jugador y teniendo veintiún años de edad, comenzó la tarea para la cual estaba verdaderamente llamado: la transmisión de la enseñanza. En efecto, desde ese año colabora y entrena distintos equipos de Liceo Militar, hasta que en 1969 comienza a entrenar el equipo superior, logrando ese año el ascenso a la división superior.

Desde 1970 hasta 1978 colabora y entrena los equipos del Liceo Militar y San Isidro Club, continuando en esa tarea en este último club hasta su fallecimiento, siendo uno de los pilares en que el equipo Sanisidrense basó sus resonantes éxitos de las dos últimas décadas en las que logró trece campeonatos, cinco vice-campeonatos y un tercer puesto, llevando adelante performances memorables contra equipos extranjeros en nuestro país y en el exterior.

Participó de la gira a Europa del Liceo Militar en 1979, y de las giras de San Isidro Club a las Islas Británicas en 1972, a Rodhesia y Sudáfrica en 1973, a las Islas Británicas y Sudáfrica en 1980 y a Nueva Zelanda en 1986.

Fue entrenador del equipo nacional argentino en 1974, oportunidad en la que Los Pumas enfrentaron a Francia en Buenos Aires. Dos años después(1976) condujo al team argentino en la gira a Gales, también en ese mismo año el seleccionado jugó en la cancha de Ferrocarril Oeste dos test matches con los All Blacks y en 1977 se recibió nuevamente a la selección francesa.

A través de los años colaboró con infinidad de equipos, Clubes, seleccionados y uniones de todo el país, dando conferencias, charlas y llevando adelante prácticas de todo tipo, cooperó con el Seleccionado Nacional en distintas oportunidades, como asimismo con distintas comisiones de la Unión Argentina de Rugby, escribió infinidad de artículos, mantuvo relaciones con personalidades del rugby de nuestro país y del mundo entero, habiendo sido expositor invitado en el Congreso del Centenario de la Unión de Rugby de Gales en el año 1980, donde fue el único orador de un país no integrante de la Internacional Rugby Board, siendo designado en esa oportunidad por todos los participantes para pronunciar el discurso de clausura.
http://www.sanisidroclub.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=115&Itemid=40
Veco Villegas, esa huella imborrable
Por:
Walter Daniel Raiño
Carlos Adolfo Veco Villegas dejó un recuerdo imborrable en el rugby argentino. Un tipo pasional, capaz de pasarse horas discutiendo y explicando todos los secretos y la técnica del deporte. Un innovador que marcó un estilo propio: la disciplina formativa que privilegió el compañerismo y la ética deportiva. Acérrimo defensor del amateurismo, fue el referente ineludible para las nuevas generaciones. Un revolucionario del rugby, que a los 43 años se convirtió en leyenda tras morir (lo acompañaba su mujer, María; sus cuatro hijos luego fueron adoptados por Carlos Contepomi, padre de Felipe y Manuel) el 12 de junio de 1988 en un accidente de avión.Discípulo y continuador de las enseñanzas de Francisco Catamarca Ocampo, tras su paso como pilar y capitán de Liceo Militar, se mantuvo sin interrupciones desde 1970 como entrenador de SIC durante 18 temporadas, en las que logró 12 títulos, 5 subcampeonatos y un tercer puesto. También dirigió a Los Pumas, desde 1974 (con 29 años) a 1977.Se lo asociará por siempre con la bajadita, el empuje coordinado de ocho hombres hacia un mismo punto. Una técnica aplicada al scrum que sorprendió al duro pack francés (salía literalmente proyectado hacia atrás por otro más liviano) en su visita en 1974.Un gesto de hidalguía deportiva lo brindó poco antes de su muerte. Los entrenadores de CUBA le pidieron que le diera a su plantel una serie de charlas sobre la técnica del scrum. Una semana después, SIC (el equipo que dirigía) perdió 32-0 opacado por el avasallante scrum de CUBA.

Algo de Veco Villegas

"Hay que diferenciar bien entre principios y costumbres. Los principios son cosas que van más allá de las costumbres. Estas se van modificando con el tiempo, en cambio, los principios, son inalterables. Principio del rugby son el jugar limpio, el no pedir retribución por el esfuerzo, el ser y sentirse la quinceava parte del equipo, el ser un rugbier los doce meses del año, pues no me gustan los hombres que cuando juegan al rugby se portan bien y cuando juegan al fútbol en el verano, son unos bandidos. En cambio costumbre es que los jugadores contribuyan económicamente al Tercer Tiempo. Y es costumbre aunque para nosotros esté tan arraigado que lo sientan como un principio, como algo formativo del rugby".
Carlos "Veco" Villegas